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La importancia de los reductores en válvulas de mariposa

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Existe una tendencia natural en el mercado del agua potable, fundamentada en el precio de adquisición, de emplear válvulas de compuerta en los diámetros “pequeños”, hasta DN 300/ 400 mm y válvulas de mariposa en los diámetros superiores.

Las válvulas de compuerta presentan la ventaja de un número elevado de vueltas para cierre y un cierre más progresivo, lo que permite que las maniobras en la red no suelan acarrear transitorios significativos (por supuesto habrá que actuar con un mínimo de conocimiento de lo que se está haciendo). El problema de este sistema es que además de encarecerse de una manera significativa al aumentar el diámetro, para dejar un paso total de la sección útil de la tubería deberemos disponer de algo más que este diámetro por encima del tubo, ya que la compuerta asciende hacia arriba, lo que no siempre está disponible en grandes diámetros.

Con las válvulas de mariposa el tema se pone más interesante, ya que en los diámetros pequeños, generalmente hasta DN 300 existe la posibilidad de colocar un actuador de palanca, o un actuador de volante con desmultiplicador, más conocido como reductor manual.

Ocurre que con la válvula cerrada a un 90% nos encontramos que está pasando prácticamente el 90% del caudal, con o que prácticamente el cierre de la mariposa se produce en el último 10 % de la maniobra. Así pues, cuando cerramos con una palanca hemos de tener mucho cuidado, ya que el propio flujo nos puede empujar el disco y cerrar bruscamente la válvula, garantizando el golpe y probablemente la rotura.

En el caso de ser una mariposa con el reductor manual convencional, el desmultiplicador realiza una maniobra progresiva, con lo que si queremos tener un cierre realmente lento en el último 10%, nos hemos de comer un larguísimo 90% de vueltas en los que apenas hay variación en el paso de caudal y con unos tiempos de cierre considerables.

Ante esta cuestión la empresa alemana Erhard, del grupo Talis, ha desarrollado una solución muy interesante consistente en un sistema reductor combinado con un accionamiento biela manivela que permite, con una velocidad constante, un cierre “rápido” al principio y cierre lento al final.

Presenta además otras importantes ventajas, como la suavidad en la actuación en cualquier punto de la maniobra y la ausencia de tensiones sobre la carcasa externa, que pudieran dar lugar a una rotura en caso de forzar la maniobra.

Reductor original de Belgicast

Lógicamente la brida de conexión a la válvula está normalizada, por lo que es muy sencillo el acople a cualquier válvula de mariposa del mercado, incluso estando ésta en servicio.

Talis ha desarrollado los acoples y los útiles para poder acoplar este excelente reductor a válvulas de mariposa de eje centrado Belgicast, fabricadas en España, con una calidad contrastada y un coste muy inferior a las bi-excéntricas tan empleadas en Alemania.

El siguiente artículo corresponde a una instalación de dos reductores biela-manivela de Erhard instalados por los técnicos de IBERAGUA en dos mariposas de eje centrado en servicio DN 400 y con un reducido espacio.

Detalle del reductor SKG de fundición de la válvula Belgicast.

En esta primera fase, y con la válvula totalmente abierta se sustituyen dos de los tornillos de fijación por dos espárragos que permitan la extracción en un centímetro del reductor con respecto a la brida de acople de la válvula.

A continuación se inserta en este hueco una pieza de acero mecanizada con la forma del eje y que queda trabado por uno de los espárragos, con el fin de que resulte imposible que el disco pueda variar su posición.

El siguiente paso será fijar esta plancha a la brida mediante unos tornillos de longitud superior y el desmontaje del reductor

Finalmente se retira el reductor antiguo y se coloca el nuevo (SKG), insertamos espárragos, retiramos los tornillos provisionales, retiramos placa, fijamos tornillos definitivos y apretamos.

Conseguimos con una operación no superior a treinta minutos una mejora en la red significativa

Dado el bajo par de maniobra y el reducido espacio de la arqueta, sería perfectamente viable el colocar una alargadera telescópica con cuadradillo para su accionamiento desde la superficie, sin necesidad de bajar a la arqueta.

Obviamente en caso de motorización el ahorro es también considerable, ya que el descenso de requerimiento de par nos permite ir a actuadores más pequeños, reduciendo significativamente los costes y permitiendo a menudo que una mejor solución sea además más barata.

Fernando Gea

Director Técnico Comercial.