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Ejemplo de bombeo de lixiviados

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Uno de nuestros clientes que gestionan un importante vertedero en una zona montañosa nos plantean un problema para ver si somos capaces de dar solución. Y como nos encantan los retos escuchamos con interés.

Del vertedero mana diariamente una cantidad determinada de lixiviados, por gravedad, mediante las correspondientes conducciones, son conducidas a una balsa colocada en la parte más baja de las instalaciones para tal fin. Diariamente han de bajar a ella unos tractores con cubas, llenar las cubas y subirlas a unas tolvas colocadas en la parte alta de la instalación a la que posteriormente acceden unos camiones externos que se las llevan a tratamiento.

Hasta aquí todo bien, asumiendo el coste del operativo, por lo demás sin problemas, pero claro, ¿Y cuando llueve?, bajar los 105 mts de desnivel es complicado, pero subirlos por caminos arcillosos mojados y una cuba cargada, ¡eso sí es un reto!.

Por supuesto la balsa se mantiene siempre a unos niveles que permitan un amplio margen de seguridad, ya que en caso de lluvia además de dificultar la extracción, se produce un aporte extra de caudal procedente de la lluvia.

La pregunta era evidente: ¿No se podría montar una impulsión que llenara las tolvas y nos evitase tener que bajar?

Lógicamente esto entrañaba algunas dificultades añadidas a las normales, como la agresividad del fluido, pero enseguida nos pusimos manos a la obra:

  • Desnivel a salvar
  • Tramo para el paso de la tubería
  • Perfil de la impulsión
  • Caudal diario de vaciado
  • Nº horas con disponibilidad de corriente eléctrica para realizar la extracción.
  • Volumen de la tolva, más una segunda que se iba a instalar de refuerzo.
  • Clase de bomba y colocación en balsa
  • Sistema de control de la bomba controlando niveles de balsa y tolvas.

Objetivo: mantener siempre las tolvas llenas.

 

Tras los cálculos básicos y elección de los materiales adecuados, optamos por realizar la impulsión en polietileno mediante uniones electro-soldables. Para evitar un posible vertido “incontrolado” en caso de fallo de alguna válvula o soldadura, se instaló la tubería dentro de una tubería corrugada de mayor calibre, de manera que cualquier vertido fuese directamente dirigido a la balsa de lixiviados.

La bomba sería una bomba sumergible de acero inoxidable capaz de darnos 130 m.c.a. al caudal requerido, colocada horizontalmente

cuyo motor sería insertado en una campana también de acero inoxidable y que sería recorrida por el caudal de aspiración para garantizar la refrigeración del motor.

Esta bomba se colocó en un flotador amarrado a la valla, para garantizar que quedase centrada en la posición más central de la balsa.

En cuanto al control de niveles, se preveen un total de tres boyas de control, la primera quedará en superficie y su misión será la de accionar la bomba siempre que el caudal se quede por encima del mínimo. La segunda se colocará en una de las tolvas, que al estar ambas tolvas conectadas por la salida, nos medirá el nivel de ambas, conectando la bomba siempre que el nivel se encuentre por debajo del máximo y parando cuando marque “lleno”. La tercera se colocará en el perímetro (Se ha creado un muro y base perimetral que sirva de contenedor en caso de derrame de alguna de las tolvas, para que en caso de coger un nivel superior al mínimo, es decir, legue a tener algo de nivel, esta nos pare la bomba también.

Por supuesto todo esto ocurrirá dentro de las horas de disponibilidad de corriente eléctrica. Ya sólo nos falta el diseño de la valvulería como ventosas, válvulas de retención, llaves de corte (Aptas para aguas residuales) y el control eléctrico del circuito, para lo que contamos con la ayuda especializada de Instalaciones Eléctricas Gómez Pardo, S.L., especializado en bombeos.

La guinda del pastel fue el colocar junto a las tolvas unas luces rotativas de señalización para avisar a distancia de que la bomba estaba en marcha.

El resultado fantástico, incluso el llenado se producía en un tiempo inferior al previsto y en el momento se vaciaban las tolvas ya se estaban nuevamente rellenando, estando siempre listas para recibir a los camiones cuba cuando estos pudieran venir.

El coste de la instalación realmente bajo, y la amortización rapidísima. A veces hay que estar dispuestos a aceptar retos para ser útiles y profesionales, asumiendo que no siempre salen bien. Otras, como este caso en el que nuestro cliente fue valiente y creyó en nosotros, compensan y te enorgullecen.

Tengo que admitir que quedé impresionado con el respeto de los trabajadores por el entorno y por las cosas bien hechas. Allí convivimos con águilas, conejos y cabras montesas que nos observaban sin el menor temor. El encargado me comentó un día: “Aquí debería venir la gente de excursión obligatoria para concienciarse de la cantidad de basura que generamos y que no reciclamos”.

Fernando Gea

Dpto Técnico de Iberagua Levante